Finalmente llegó uno de los días que cualquier adolescente espera (y el que algunos padres temen); la primera licencia de conducir.
Como padre, es un placer poder compartir esos momentos con un hijo y aunque estos últimos tres años en los que le enseñe a manejar fueron algunas veces algo traumatico para mí y con pequeños “accidentes” o “gajes del oficio” como el averiar la caja de cambios de mi querido Vocho’66 :( son momentos que realmente disfruté.
Daniel Chang