Después del calor sofocante del verano (que aún sufrimos a veces) se nos vino el invierno.
En esta época siempre recuerdo cuando la lluvia nos agarraba jugando bici y entrábamos empapados pero contentos, sólo por un rato porque cuando dejaba de llover salíamos de nuevo a saltar en los charcos y rodar en la grama (y la cara de mi mamá cuando regresaba enlodado)…
También recuerdo el olor a tierra y grama mojada, la vista de los jardines verdes y flores coloridas llenas de gotas que parecían pequeñas lupas.
D.